jueves, 10 de marzo de 2011

Pobre angelito.

Hoy, luego de muchas semanas de espera, estoy solo en casa. Una noche de gloria, una noche de sueños y de planes frustrados. Hoy pensaba aprovechar la noche del miércoles, la última de las vacaciones. Pero mierda, me salió mal el plan, o no lo tenía claro, lo pensé ni pensar. Quería saborear ese caramelo ácido que hace unos días tuve el gusto de probar nuevamente, pero no, creo que va a ser una noche de confesiones frente al monitor, y de bajarme discos que tenía pendientes. De todas formas, sigo esperando ese mensaje.

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