jueves, 14 de junio de 2012

Cerebro

No sabés que estás haciendo, pero no te detenés a pensar que es lo que deberías hacer. Dejás que todo siga su rumbo y vos no lo impedís, tratás de sobre llevarla lo mejor posible, pero sabés que podría estar mejor si quisieras. Y querés, y pensás que mañana lo vas a hacer mejor, pero no va a ser así, hay algo que te tranca. Tenés planes, tenés proyectos, pero no sabés como llevarlos a cabo, no sabés como hacer que pasen. ¿Que es lo que necesitás para que todo salga como te lo propusiste? ¿Más tiempo? ¿Inspiración? Tiempo sobra y falta al mismo tiempo, por eso todo debería hacerse lo antes posible, para aprovecharlo mejor y no perderlo. Inspiración, casi la conseguís, solo tenés que seguirla buscando, aunque esa búsqueda no era consciente. Pero antes, ¿Sabés que es lo que querés? Estás muy entusiasmado con lo que crees que querés, pero ¿Estás seguro que es eso? ¿No vas a seguir explorando? A esta altura de tu vida nada es definitivo. Si al menos tenés un vistazo de lo que te gusta, explotalo, creá, no te limites a pensar lo que vas a hacer mañana. Hacé hoy, par acercarte más a saber que es lo que vas a hacer mañana. No tenés nada para perder, esa gente no te importa, solo te importa ese puñado de personas que algún papel tienen en tu vida. Lanzate, no tengas miedo, ¿que puede pasar? A lo único que le podés temer es a la muerte, a la vejez, porque es incierto si van a llegar en un momento en el que hiciste lo que quisiste con tu vida. Le tememos al futuro los que poca idea tenemos del presente.
Todo puede estar mejor, y no es solo cuestión de querer, es cuestión de hacer.