martes, 10 de abril de 2012

Reformas

De hábitos, de reacciones, de actividades. En diciembre del año pasado apareció alguien que cambiaría mi vida, que me alegraría un montón, mi gata Olga. Olga es lo que más quiero ver cuando
llego a casa, me hace sentir que alguien necesita de mi, que puedo hacerme responsable de algo. No solo el afecto de amo-mascota volvió, porque desde que era muy niño no tenía una, si no que también apareció una compañía más agradable, alguien con quien no me puedo enojar y no tengo vergüenza de ser transparente. Con mi hermana no paramos de discutir, mi humor es inestable cuando está ella cerca, soy tan bueno con todo el mundo que con alguien tengo que descargar la ira que me genera callar mis problemas. Ir a la psicóloga no me está sirviendo de nada, porque me enoja que piense que siempre tiene la razón, y eso hace que no me sienta cómodo con ella. Solo le cuento al rededor del treinta por ciento de mis problemas, no me sale abrirme más, no logro generar la suficiente confianza con ella. Pero de todas formas no puedo dejar de ir, me encariño muy rápido con las personas, por más que ellas no lo sepan y ni se note. Me disgustaría fallarle y no ir más, porque siento que ella se pondría triste, aunque obviamente no seria así. Siento una lastima horrible por muchas personas, pero lastima que me afecta a mi, es algo que me hace ver a las personas muy susceptibles y después eso termina resultando en que yo la pase mal. Quizás confíe en las personas equivocadas y desconfíe de las correctas.
Empecé las clases y eso me cansa mucho, no he parado de dormir, y como no soy bueno alumno, y nunca estudio ni hago deberes, tengo demasiado tiempo libre, que lo uso para comer, comer hasta excederme. A principios de marzo, tuve una pequeña intervención quirúrgica, que me detuvo de ir al gimnasio, y de mantenerme activo, esto sumado a que no paro de comer, está obviamente afectando mi cuerpo, por la tanto aumenta mi incomodidad conmigo mismo. Pienso que voy a tener tiempo para mejorar, para ponerme las pilas y trabajar en lo que quiero cambiar, pero paralelamente sé que el tiempo corre, y si no hago algo ya, no voy a obtener nada. Tengo las herramientas necesarias y las tengo que empezar a usar, pero la pereza hace que mi trabajo se retrase.