Extraño el misterio de tus besos, el deseo de conocer su sabor. Extraño ese carácter que no soportaba, el nunca saber que me querías decir. Extraño el mirar de tus ojos fijos en los míos, y nunca saber que pasaba por tu mente. Extraño esa chance que creía que teníamos, el pensar en vos todo el día. Recuerdo el primer día que nos vimos, en el que creí que había algo en el aire, el creer que eras el indicado. Extraño los días en que tus indirectas eran lo único que en verdad me gustaba oír, por lo tanto una droga que escaseaba. Extraño tu buen gusto, tu cultura, tu música, tu arte. Extraño el olor de tu perfume, la textura de tu pelo y el roce de tu piel. Extraño el no saber que podría llegar a pasar. Extrañar es ver ayer, y si veo hoy… nada, un desierto con unas pocas plantas con espinas, que lentamente dejan de doler.

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