sábado, 5 de febrero de 2011

Week

Una semana fuera de casa. Una semana en mi otro hogar. Una semana fuera pero dentro de una caja. Una semana en La Paloma me hizo darme cuenta de lo miserable que soy. Pocos minutos de internet me vinieron bien, pero mal al mismo tiempo. Justamente eso, me desconecté de la realidad, de mi triste realidad. Estuve en contacto con la naturaleza, disfruté del verano y respiré aire fresco. Paralelamente le di la espalda a mis amigos, contactos y followers. Le di la espalda a la cotidianidad, a las personas que se mudaron a un barrio virtual, como yo.

En esta semana sembré prósperamente una relación, y espero tener buenas cosechas. Fue una semana de reflexión, de comedias familiares, thrillers y mucho yogurth. Una semana de sol, nubes y lluvia. De una buena relación y de un infierno fraternal. Una semana de mar, arena y sensuales cuerpos bronceándose al ritmo del viento. 7 días a lo Dani Umpi y Florence + The Machine, siendo perseguido por Dirty Dancing y cantando covers de Glee.

Una semana diferente a las demás. Me di cuenta de que odio más a las moscas que a los mosquitos. Entró un pájaro idiota a la casa y grité, y el pájaro se lastimó y mi hermana lo curó. Vi un gato con dos ojos diferentes y vi cosas nunca antes vistas.

Fue una semana fenomenal, a pesar de todo.

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