Estaba llorando del aburrimiento porque vine a Melo. Ahí generalicé en exceso, en realidad lloraba del aburrimiento porque estoy en el campo, en donde no hay electricidad durante el día, en donde está lleno de moscas y de insectos que nunca antes había visto y en donde hay poco y nada para hacer.
Agarré la laptotp de mi tía, le pasé música de mi mp3 (mi mejor amigo en estas ocasiones) y jugué al buscaminas (si, no hay internet), como no sé jugar, cambié de juego y jugué al corazones, no sé ganar en ese, así que me propuse escribir, porque hace días que no lo hago, y lo extrañaba.
He aquí yo, esperando a que se enfríe la pasta frola, porque la odio tibia, y ansioso porque sean las dieciocho treinta del sábado para volver a la gloriosa Montevideo (terminé perdiendo el ómnibus, viajé 00:30 al final).
Ojo, no es que esté del todo arrepentido de haber venido a visitar a mi familia de Cerro Largo, porque en el campo me puse a pensar en muchas cosas, que me ayudaron a sacar conclusiones, también me di cuenta de cuanto me gusta jugar con mis sobrinos segundos, de cuanto me gustan los niños… ahora estoy considerando tener hijos. También me alegro de haber venido porque fui al free shop de Aceguá, en la frontera. No tenía plata suficiente como para comprarme una remera Lacoste o una campera Hilfiger, así que me compré una crema de chocolate y maní, que me la terminó pagando mi prima. Me deprimí, odio ser pobre, a veces quisiera ser millonario, bah, siempre.
Me siento re ignorado, porque mis primos luego de tener hijos y casarse me dejaron de lado, la relación acabo casi por completo, así que solo siento que existo con mi tía Charo, que se está quedando sorda y me pone los nervios de punta, así que el aburrimiento es mayor. Odio que me ignoren, ya lo he escrito por acá, pero nunca me siento tan ignorado como cuando vengo a Melo.
Ta, o sea, Charo me acaba de traer un pedazo de pasta frola sumamente chico. Lo voy a comer luego.
Fue viernes santo y almorzamos pescado, mucho pescado. No es que lo odie, pero es una exageración. Cuando sea grande y me toque preparar las comidas del viernes santo, voy a cocinar un pollito “bien adobado”, todos aman el pollo, al pescado, no. (Luego de escribir esto me dijeron que no se puede comer pollo en semana santa, porque el pollo ‘sangra’, genial)
Comí demasiado chocolate, un huevo de pascua entero y un helado, hoy amanecí con granos.
Me siento re feo, porque además de no tener nada para mejorar mi deplorable imagen, traje ropa horrible y apenas me puedo bañar. Tengo el pelo graso y caspa. Carajo, mierda.
Saqué bastantes fotos, y todas salieron horribles, y la cámara quedó sin batería.
Hoy me traté de dormir en varias ocasiones, para que así las horas pasaran más rápido. No pude, estoy de re mal humor.
Me enteré de que se murió Tacuara, la perra que conozco desde que tengo memoria, eso no mejora nada.
En conclusión, Melo es una “masa” y ya no es lo que era antes para mí. Recuérdenme no volver en un largo tiempo.
Yo amo el pescado, y qué?
ResponderEliminarplus, tuve la misma discusión sobre el pollo :(
Ay, amé tu sinceridad sobre los acontecimientos horribles así dichos tan a la pasada.
ResponderEliminarSinceramente, tenes una forma muy singular de escribir, me atrapó tanto la lectura que leí hasta el final. Transformaste algo cotidiano y super común en algo atrapante y dinámico. Muchas gracias!
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